El Paraíso Terrenal
Se
trata del nombre que popularmente se le asignó en la tradición cristiana al
Jardín del Edén, lugar de nuestros primeros padres (Gen., ii). La palabra
paraíso probablemente tiene un origen Persa y se refería a un parque de la
realeza o de placer. El término no aparece en los escritores latinos o clásicos
del período griego antes de Cenofon. En el antiguo testamento se encuentra
solamente en los últimos escritos de los Hebreos y se considera que es un
término que sin lugar a dudas se había tomado del lenguaje persa.
Una
ilustración instructiva del origen y del significado original aparece en II
Esdras (ii,8) donde “Asaph el guardián del bosque del rey” (happerdes) es el
custodio del parque real de un gobernante persa. La asociación con el término
arriba mencionado con nuestros padres no aparece en el viejo testamente hebreo.
Se origina en el hecho de que la palabra paradeisos fue adoptada aunque no de
manera exclusiva, por traductores de la septuagésima a fin de hacerla
equivalente a una palabra hebrea en función del jardín del Edén que se describe
en el segundo capítulo del Génesis.
De
similar manera el vocablo se utiliza en otros pasajes de la septuagésima donde
el hebreo generalmente indicaba “jardín” especialmente si la idea era indicar
un lugar de belleza maravillosa. Por lo tanto en Gen.,xiii, 10 el “lugar cerca
del Jordán” se describe como “Paraíso del Señor” (algo que se toma de la
Vulgata). Cf. Números, xxiv, 6 (del griego) donde la referencia se hace a una
bella disposición de tiendas de campaña de Israel lo cual también se indica en
Isaías i, 30, Ezequiel , xxxi, 8, 9, etc.
Interesantes
especulaciones referentes a la probable localización del jardín del Edén de las
escrituras y hogar inicial de la humanidad son abordadas por Federico Delitsch,
“Wo lag das Paradies?” (Berlín, 1881). En el período del Nuevo Testamento la
palabra Paraíso aparece con un significado Nuevo y más exaltado. En el
desarrollo de los estudios judíos que marcan la época después del Éxodo, la
palabra paraíso o “Jardín de Dios” se utiliza asociada generalmente con el
primer lugar de habitación de nuestros padres y el significado se transfiere
luego a un lugar en el cual serán compensados quienes actúen de una manera
piadosa luego de la muerte.
El
término paraíso se menciona solamente tres veces en el Nuevo Testamento, aunque
la idea a que refiere frecuentemente se expresa en otros términos, como “el
lugar de Abraham” (Lucas, xvi, 22). El significado se representa y puede ser
determinado solamente en términos del contexto y de las nociones judías de ese
período.
Estas
perspectivas sobre el término fundamentalmente son reunidas a partir de la
literatura rabínica, los trabajos de Josefo, los escritos apócrifos
notablemente el libro de Enoc, el libro de los Jubileos, el Apocalipsis de
Baruch, etc. Una inspección de estas fuentes revela una gran confusión de ideas
y muchas contradicciones en relación con el futuro paraíso tal y como
originalmente se ha hecho referencia en relación al Jardín del Edén y a la
condición de vida de nuestros primeros padres.
Las
referencias de Sheol aparecen como creencias hebreas que se expresaron en los
primeros escritos del Antiguo Testamento y dieron lugar posteriormente a
tratados en los cuales se elaboraban teorías que tenía descripciones muy
detalladas y especulaciones acerca de las características de ese lugar
especial. Un ejemplo de esto puede ser encontrado en el texto del Talmud
“Jalkut Schim., Bereschith, 20”. De conformidad con esta descripción la entrada
al Paraíso tenía dos puertas hechas de rubíes detrás de las cuales aparecían 60
grupos muy numerosos de santos ángeles y un esplendor celestial.
Cuando
un hombre piadoso o correcto entraba allí las vestiduras de la muerte se le
removían y era arropado con seis pliegos a manera de nubes de gloria. Dos
coronas eran colocadas sobre su cabeza una de perlas y piedras preciosas y la
otra de oro. Se le colocaban ornamentos en sus manos y la bienvenida se le
brindaba con un gran aplauso, etc.
Algunas
de las autoridades rabínicas parecen identificar el Paraíso con el Jardín del
Edén que se supone habría tenido existencia en algún lugar del Lejano Oriente.
De acuerdo a algunos autores se ha mencionado que tal lugar habría sido creado
antes del resto del mundo (IV Esdras iii, 7, cf. viii, 52). Otros autores lo
colocan de manera adjunta como un subterráneo de Sheol mientras que otros lo
colocan dentro o muy cercano de la localización del cielo. Se creía que había
en el paraíso diferentes grados de santidad.
Se
consideraban siete rangos u órdenes de hombres piadosos que estarían dentro de
sus clasificaciones y que muchas diferentes posiciones y sentidos de gloria
eran pertinentes para cada uno “Baba bathra”, 75 a, quien es citada por Salmon.
Hastings, “Diccionario de la Biblia”, s.v. “Paraíso”. La carencia de certeza y
confusión de las actuales ideas judías acerca del paraíso puede explicar el
estado de referencia que se hace en el Nuevo Testamento.
La
primera mención de la palabra en el Nuevo Testamento ocurre en Lucas, xxiii,
43, donde Jesús en la cruz le dice al buen ladrón: “En verdad te digo que este
día estarás conmigo en el paraíso”. De conformidad con la interpretación
prevaleciente de teólogos católicos y comentaristas el Paraíso en este caso es
usado como un sinónimo de cielo al cual el ladrón acompañaría al Salvador de
manera conjunta con las almas de los piadosos que habían seguido la vieja ley
que estarían esperando la venida del Redentor.
En
II Corintios (xii, 4) San Pablo señala a los lectores, uno de sus éxtasis
indicando que él fue “llevado al paraíso”. Aquí el término parece indicar que
el estado celestial está implicado en la posibilidad de una visión beatífica.
La referencia no puede ser en este caso, a un paraíso terrestre, especialmente
cuando consideramos la expresión en el versículo 2, cuando el santo indica que
fue “llevado al tercer cielo”.
La
tercera y última mención a la palabra Paraíso en el Nuevo Testamento ocurre en
el Apocalipsis (ii, 7), donde San Juan, recibiendo la visión y un mensaje
divino por parte del “Ángel de la Iglesia de Efeso”, escucha estas palabras:
“Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en el
paraíso de Dios”. En este pasaje, la palabra designa claramente un reino
celestial, aunque la imagen está tomada de la descripción del Jardín del Edén
del Libro de Génesis.
De
conformidad con la teología Católica basada en recuentos bíblicos, la condición
original de nuestros primeros padres fue la de perfecta inocencia e integridad.
Por esto último se comprende que a ellos se les concedió tener muchas
prerrogativas, las cuales, al permanecer en el orden natural, no fueron de
naturaleza humana; las que se denominan en ocasiones, condiciones
pre-naturales. Entre las principales de ellas se encuentra la posesión de
conocimiento, la inmortalidad del cuerpo, estar libres de dolor e inmunes a los
impulsos e inclinaciones del mal.
En
otras palabras, la naturaleza baja o animal, dentro del hombre, estaba
perfectamente sujeta al control de la razón y la voluntad. Además de esto,
nuestros primeros padres también tuvieron la capacidad de tener la gracia
santificante, mediante la cual se elevaban a un plano sobrenatural. Todas estas
concesiones fueron interrumpidas por la desobediencia de Adán, y de “todos lo que
han pecado”, y serían restauradas al hombre mediante la “figura de Quien ha de
venir” (Rom., v); tal restauración no sería dada en la tierra, sino en el
Paraíso Celestial.
De
conformidad con Josefo (Ant. Jud., i, 3) el Nilo es uno de los cuatro ríos del Paraíso
(Gen., ii, 10 y siguientes). Este punto de vista ha sido adoptado por muchos
comentaristas, y está basado en la conexión que se describe en Gehon, uno de
los ríos aún no identificados, en la tierra de Cush; en los últimos tiempos,
esta tierra fue identificada con Etiopía, o la moderna Abysinia (cf. Vulgata,
Gen., ii, 13).
Otros
académicos, no obstante, se inclinan a pensar que el Cush en África, se refiere
simplemente a un asentamiento de tribus que habría migrado originalmente de
provincias del Asia con tal nombre; las que fueron localizadas por Fried
(Delitsch (op. cit., 71) en Babilonia, por Hommel ("Ancient Hebrew
Tradition", 314 y siguientes) y en el territorio central de Arabia.
2 comentarios:
Hola nos dejaste tu blog para ponerte en nuestro directorio, http://agregatublog.blogspot.com.es/p/deja-tu-blog.html.
No sabemos si no te has hecho seguidor o si apareces con otro nombre que no es Mi rincón mágico. Podrías aclararnoslo, para poderte poner en la lista por favor. Gracias. Preciso blog por cierto. Un saludo.
Hola, si que me puse como seguidor, el logo es una brujita sobre una luna, como usuario Carlos.mesa, gracias....
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