Niebla, es sin duda una ciudad única, en un entorno que nos traslada al pasado y nos
muestra el ambiente medieval y mágico de aquellos tiempos. Pero la
particularidad y originalidad de esta ciudad es el contraste de sus murallas
rojizas (se dice que debido a la sangre derramada sobre las mismas durante años
de batallas) con el rio Tinto, como su nombre, se debe a su color rojizo
originado por las minas ubicadas al norte. Un entorno del que me siento
orgulloso haber pasado gran parte de mi vida.
Niebla
es una villa y municipio español situado en la provincia de Huelva, en
Andalucía. Es la capital histórica del condado homónimo, de la actual comarca
del El Condado y del territorio vitivinícola del Condado de Huelva. Durante el
Califato de Córdoba fue capital de la cora homónima y durante los primeros,
segundos y terceros reinos de taifas, fue el centro de la Taifa de Niebla, que
abarcaba un territorio mucho mayor que el actual término.
Niebla
ha tenido una gran importancia dentro de la región de Andalucía, con gran peso
en su historia a través del establecimiento de distintos pueblos y culturas.
Fruto del paso de estos pueblos, Niebla ha recibido numerosos nombres: los
tartesios la llamaron Ilípula, los romanos Ilipla, los visigodos Elepla, los
musulmanes Lebla y los castellanos Niebla.
Niebla
se puede considerar la capital histórico-cultural de esta zona peninsular, si
bien a lo largo de los últimos siglos perdió gran parte de su relevancia. Su
antigüedad se remonta hasta los comienzos de la Edad del Hierro, apareciendo en
sus alrededores numerosos restos neolíticos y necrópolis dolménicas (Dolmen de
Soto y Dólmenes de la Hueca). Durante la cultura tartésica se mantuvo un rico
comercio. De esta época data un importante anillo de oro, en que se representa
quien parece ser una diosa cuidando de un niño. Con el pueblo fenicio fue
importante por la riqueza minera de sus alrededores y por sus facilidades de
comunicación, a través del río Tinto, entonces navegable hasta las mismas
puertas de la ciudad.
En
la época romana pasaba por Niebla la calzada que unía la desembocadura del río
Guadiana con Itálica. Por su importancia económica, política y administrativa
en ese momento, ganó el derecho de acuñar monedas y sus murallas tartésicas
fueron reforzadas y ampliadas. Posteriormente, durante la dominación visigoda,
fue una ciudad de gran prestigio civil y militar, y llegó a constituirse en
importante sede episcopal.
En
el año 713 fue ocupada por los musulmanes, pasando a ser una de sus kuras
(unidad administrativa similar a la provincia). Fue reino de taifa
independiente en la época posterior a la desintegración del califato de Córdoba
(1031) y finalmente sometida por los almorávides y almohades. Antes de su
conquista por los castellanos volvió a ser taifa bajo Ibn Mahfot, extendiendo
sus dominios a gran parte del Algarve portugués. En 1262, tras un asedio de
nueve meses, Alfonso X el Sabio conquista y somete la ciudad. En el asedio se
utilizó por primera vez en Occidente la pólvora con fines bélicos, al emplearse
para accionar unos primitivos cañones. Después de tomar la ciudad el rey mandó
expulsar a todos los musulmanes. Posteriormente Alfonso X le concedió un Fuero
Real con el fin de obligar a su repoblación cristiana, y en 1369 pasó a ser
Condado de Niebla a favor de la Casa de los Guzmanes, hecho que propició su
segunda etapa dorada, con la construcción de templos, palacios y el
asentamiento de órdenes religiosas.
A
partir del siglo XVII, Niebla comenzó un paulatino proceso de decadencia y de
descenso en su población, provocado por el caciquismo y despotismo feudal al
que eran sometidos los ciudadanos de aquella época. Al mismo tiempo crecían los
municipios y pedanías aledañas, auspiciados por estos condes que posteriormente
independizaban. El Terremoto de Lisboa de 1755, que tan gravemente afectó al
oeste andaluz, arruinó gran parte del patrimonio de la ciudad y puso un punto y
aparte en su riqueza histórica y artística.
En
1982, fue declarada Conjunto Monumental Histórico-Artístico. Destaca la Romería
de la Virgen del Pino, que se celebra la última semana de mayo. Esta virgen fue
la primera Virgen en aparecerse en un pino, y de ahí viene su nombre. Tambien su feria medieval hace de un entorno perfecto para que viajemos en el tiempo.
Aunque
mermado por los avatares de su historia, Niebla posee un rico patrimonio que ha
heredado de culturas muy diversas con el paso de los siglos. Su estampa más
famosa son sus murallas almohades de origen tartésico, el mayor recinto de este
tipo en Europa y el mejor conservado. Toda la villa intramuros
ha sido declarada conjunto histórico monumental. Actualmente el ayuntamiento
está regenerando la rivera fluvial del río Tinto con pasarelas que en ocasiones
pasa por encima de las aguas del Tinto, un paraje en el que la historia y el
paisaje serán partícipes.
Cercanos
a Niebla se encuentran los dólmenes de su época prehistórica, como el de Soto,
actualmente en término de la vecina Trigueros, y restos neolíticos en la zona
de Los Bermejales. De época romana conserva restos (no fáciles de encontrar) de
numerosas construcciones como su calzada, un acueducto y unas termas, así como
la base de muchos paños de su muralla, donde se aprecia perfectamente la traza
romana. De igual forma, la herencia de Roma quedó en la base y aspecto de su
famoso Puente Romano (bastante reformado), y en los restos de una basílica. De
la época visigoda se conservan vestigios de la catedral paleocristiana, la
silla episcopal y piezas ornamentales de interés.
De
su pasado árabe destacan por encima de todo las imponentes murallas que la
encierran por completo, así como sus bien conservadas puertas (de Sevilla,
Embarcadero, Agua, Buey, Socorro y Agujero) y la mezquita, convertida en la
iglesia de la Granada, donde se observan perfectamente su minarete, el patio de
abluciones y unos hermosos arcos.
De
la época cristiana se conservan varias iglesias, como Nuestra Señora la
Granada, de estilo gótico-mudéjar, antigua mezquita, y la Iglesia de San
Martin, antigua sinagoga judaísta, que fue brutalmente separada en dos para que
los coches pudieran circular por en médio. Esta iglesia tiene en su interior
una talla de un Cristo atado a la columna de gran devoción en la localidad.
Asimismo, destacan el edificio del hospital Nuestra Señora de los Ángeles, así
como el Castillo de los Guzmanes, donde todos los veranos, en los meses de
julio y agosto, se celebra el Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla.
También podemos encontrar la Capilla de los Santos Mártires Walabonso y María,
patronos y protectores de la ciudad. A cinco kilómetros de Niebla, se encuentra
la ermita de Nuestra Señora del Pino, del siglo XX y de diseño andaluz.
Como no podia ser de otra manera, os dejo un vídeo, para que observéis en vivo este encantador entorno....
¡¡ATENCIÓN!! Os recuerdo una vez más, que para escucharlo correctamente, debéis previamente parar la música de fondo del blog, el cual se sitúa a la derecha del mismo denominado "Mi Ipod Touch", dándole al pause de dicho reproductor, gracias a tod@s y que disfrutéis del vídeo.
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Parte
de la fuente: Wikipedia
1 comentarios:
lo que daría por vivir o visitar este lugar tan lleno de magia y belleza,gracias por compartir una vez mas tus maravillosos hallazgos!
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