VERBENA Verbena officinalis: Planta de Venus, simboliza los encantos de la diosa, trae la paz y aleja los odios y las envidias.
Esta planta mágica –una de las principales en las tradiciones de la noche de san Juan- tiene varios nombres que hacen referencia a sus mágicos poderes: “Lágrimas de Isis”, “Hierba del amor” y “Hierba de los hechizos”.
Una leyenda dice que quien toque la planta de la verbena sin arrancarla en la noche de san Juan, será amado por la primera persona que toque al día siguiente por la mañana.
Para conseguir los deseos, hay que frotarse todo el cuerpo en viernes con hojas frescas de verbena y después ducharse.
En limpias, ayuda a ponerse en paz consigo mismo y a tomar las decisiones correctas sin perjudicar a los demás, para actuar justamente y hacer de árbitros.
Antiguamente, cuando se enviaban mensajeros a parlamentar con el ejército enemigo, se les hacía llevar ramos de verbena porque esta planta les libraba de los enemigos.
Para que los soldados puedan regresar sanos y salvos a casa hay que prepararles un talismán en el que incluiremos hojas de verbena, porque ayudan a librarse de los males de las armas.
En el Renacimiento se colgaban ramos de verbena a la entrada de las iglesias para librar a los feligreses de mal, de tal modo que los demonios no pudieran penetrar más allá del umbral de la iglesia. Esta verbena era recogida al tiempo que se rezaba un credo.
Su infusión, rebajada con agua, sirve para limpiar los muebles de la casa y "descargarlos" de malas vibraciones.
Para tener más atractivo sexual hay que hervir durante 15 minutos verbena, romero, albahaca, ruda y hojas de naranjo, se cuela y sirve como limpia.
Cuando las circunstancias obligan a un novio o esposo a ausentarse, la mujer amada corre el peligro de ser olvidada por otra. Para que esto no ocurra deberá la mujer escribir, muy a menudo, cartitas de amor a su amado, sirviéndose de la tinta mágica preparada de la siguiente forma: Hay que comprar una botellita de tinta (no importa el color) y meter en ella siete hojitas de verbena, cogidas por la propia interesada, diciendo, al echar la primera hoja: Lunes: Fulano de Tal no me olvidará; al echar la segunda Martes: Fulano de Tal no me olvidará; y así sucesivamente, hasta nombrar todos los días de la semana. Se tapa la botellita y se expone siete días a los rayos del sol y siete noches a la luz de la luna. Transcurrido este tiempo, se guarda en un lugar oscuro y se utiliza cuando convenga, únicamente para lo que se ha preparado.
Cuando un hombre quiere obtener la simpatía de una mujer orgullosa ha de coger, en la noche de san Juan, un puñado de hojas de verbena y decir en el momento de arrancarlas: “Yo te cojo en nombre de los ángeles ANIEL, ARIEL, VEHUEL, REHAEL, UMABEL Y MANAKEL para que Fulana de Tal me ame como yo deseo.” Hecho esto se esconderán las hojas en el pecho, de modo que toque la piel, yéndose enseguida a casa; durante el camino no hablará con nadie y tendrá su mente concentrada en su deseo; una vez en casa, se envolverán las hojas en un pañuelo nuevo, exponiéndolo todo en un lugar aireado durante veintiún días, pasados los cuales se reducirán las hojas a polvo quemándolas o picándolas en un mortero; cuando vuelva a hablar con la mujer que desea conquistar, ha de buscar algún pretexto para tocarle las manos, habiéndose antes restregado las propias con los susodichos polvos.
Para evitar las pesadillas conviene colgarse del cuello unas hojas de verbena ensartadas en una cadenita de plata antes de irse a dormir.
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