Melusina es uno de los personajes más importantes del
imaginario colectivo de la Europa medieval (especialmente en la mitología celta
y de los países bajos); representada generalmente como una mujer en apariencia
que se convierte en serpiente o en pez los sábados como un hechizo impuesto por
su madre Presina; esto nos hace pensar que podría ser tanto un dragón , como
una sirena , aunque también algunas historias nos la refieren como un hada
nacida en un pasado remoto.
A pesar de que son muchas las leyendas Europeas que nos
hablan de Melusina, es entre los años 1382-1394 que Jean D’Arras escribió La
noble historia de Lusignan y la representó como el dragón que protege el
castillo de Lusignan.
La leyenda más conocida cuenta más o menos lo siguiente:
Elynas, Rey de Albania (actualmente Escocia) fue de caza al
bosque y ahí encontró a Presina, una hermosa mujer de la que se enamoró perdidamente.
Después de mucho tiempo de insistencia, Elynas logró convencer a la bella mujer
de casarse con él; Presina aceptó el matrimonio, no sin antes hacerle prometer
que nunca entraría a su habitación para verla mientras durmiera o bien, cuando
diera a luz o bañara a sus hijos. Tiempo después Presina dio a luz a tres
hermosas niñas destinadas a ser hadas a las que nombró Melusina, Mélior y
Palestina; sin embargo, el rey no se conformó con esta vida y vencido por la
curiosidad rompió su promesa. Cuando Presina se dio cuenta de la falta de su
esposo, abandonó junto a sus tres hijas el castillo y se fue a vivir a la Isla
perdida de Avalon.
Después de vivir 15 años en la isla, Melusina preguntó a su
madre por qué habían huido de Albania, en ese momento fue que Presina contó la
historia de la promesa rota de Elynas, lo cual enojó mucho a Melusina quien
buscó vengarse de su padre y ayudada por sus hermanas capturaron a Elynas y lo
encerraron junto con todas sus riquezas en Northumberland, una montaña encantada.
Presina al enterarse de la grave falta de respeto de sus
hijas enfureció y decidió castigar a Melusina a quién condenó a convertirse en
una serpiente de la cintura hacia abajo todos los sábados. Si encontraba a un
hombre que la desposara, este podría vivir con ella todos los días de las
semana, a excepción de los sábados que era cuando Melusina tomaba la forma de
mitad mujer y mitad serpiente.
Cierta noche, cuando Melusina caminaba por un bosque de
Francia encontró a Raymondin de Poiteu, hijo del Conde Forez, desesperado por
haber matado accidentalmente (mientras cazaba un jabalí) a su tío Aymeric de
Poiteu y sin saber cómo explicar el asesinato a sus familiares. El encuentro se
dio en la “Fuente de la Sed” y fue ahí donde Melusina dio consuelo a Raymondin
y le aconsejó la mejor forma de explicar la muerte de Aymeric a sus hijos.
Raymondin se sintió completamente agradecido por los consejos de aquella bella
mujer de la cual se enamoró inevitablemente; le pidió matrimonio y Melusina
aceptó, al igual que su madre, le hizo prometer a Raymondin que nunca
intentaría verla durante los sábados. El matrimonio se llevó a cabo y Melusina
con ayuda de otras hadas construyó el castillo de Lusignan en el que vivieron a
partir de entonces. Melusina dio a luz a 10 niños y el tiempo transcurría para
la pareja y los hijos sin mayores sobresaltos.
Desafortunadamente, como en muchas historias, la felicidad
de unos causa desdicha a otros; así que durante un sábado por la noche,
mientras la feliz pareja ofrecía un gran banquete en su castillo, el Conde de
Forez, hermano de Raymondin, le insinuó que Melusina se negaba a verlo los
sábados porque seguramente estaría reuniéndose con algún amante. Aunque en un
principio Raymondin, se negó a escuchar las palabras de su hermano, no tardó en
sentirse carcomido por los celos y subió hasta la habitación de Melusina, donde
la espió mientras se bañaba y pudo darse cuenta de su gran secreto. Se sintió
avergonzado por haber roto su promesa y decidió no contarle nada a Melusina.
Tiempo después, Geoffroy, el sexto hijo, entró en disputa
con su hermano Freimond y lo asesinó, junto con el resto de los monjes que
habitaban en el convento. Raymondin se sumergió en una rabia que lo cegó y
acusando a Melusina de traer la desgracia a su familia la llamó serpiente; fue
en ese momento que Melusina se dio cuenta que Raymondin había roto su promesa y
conocía su secreto, lo que la hizo sentirse profundamente ofendida y furiosa
huyó volando del castillo de Lusignan, dejando la promesa de que volvería sólo a
llorar la muerte de cada uno de los Lusignan.
De Raymondin sólo se sabe que arrepentido por su actitud se
fue a la Montaña de Monserrat donde murió como hermitaño. De Melusina se cuenta
que muchos la vieron volando alrededor del castillo cada vez que algún
descendiente de su familia iba a morir, hay quienes afirman haberla visto
bañándose en la “Fuente de la Sed” donde conoció a su amado Raymondin.
2 comentarios:
Interesante.
Gracias...
Publicar un comentario