En la tradición celta, los espíritus que habitan el enebro se llaman Krawite.
Símbolo de fertilidad en Roma, el enebro aparece en numerosas leyendas y cuentos europeos tradicionales: como el de los hermanos Grimm titulado “El enebro”, también es protagonista en el cuento de Blancanieves.
Considerado sagrado desde tiempos bíblicos, se le atribuyen cualidades mágicas, aparece en historias de santos, se emplea para aromatizar las casas de los enfermos en la creencia que previene epidemias, sus principios activos le confieren cualidades estimulantes, tónicas, sudoríficas, digestivas y recomendada en el tratamiento del asma, afecciones bronquiales, reumatismo, inapetencia e incluso contra el mal aliento y enfermedades de la piel.
Los granos de enebro quemados con incienso, alejan las malas vibraciones.
En muchos amuletos y talismanes se usa para potenciar la buena suerte, ya que preserva de la negatividad y los peligros.
Si alguien tiene piedras en el riñón debería probar a hervir en medio litro de agua unos diez gramos de bayas (previamente golpeadas para que se rompan) y luego tomar un baño lo más caliente que pueda resistir en el que habrá echado el líquido mencionado.


























































Te conjuro, espíritu del Mal, para que no te acerques a este blog, ni a su autor, ni a su familia; y que te alejes de esta medalla de San Benito bajo cuya protección y amparo ha sido colocada; en el nombre de Dios Padre Omnipotente, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos se contiene. Asimismo, que desaparezcan y se alejen de esta medalla toda la fuerza del Adversario, todo el poder del Diablo, todos los ataques e ilusiones de Satanás, a fin de que todos los que la usaren gocen de la salud de alma y cuerpo. Amén. Así sea.
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