Hace algunos años leí por primera
vez este libro: "El Druida" de Morgan Llywelyn. Debo decir que es por
lejos de los mejores que he podido disfrutar en mi vida, principalmente por la
emotividad que transmite, El Druida envuelve, atrapa y fascina llevándote de la
sonrisa al borde de las lágrimas.
Esta Ucronía está ambientada en
la Galia Celta en los tiempos en que Julio Cesar era gobernador y deseaba
anexar Celtiberia al Imperio Romano. El protagonista de la historia es Ainvar
un niño de la tribu Celta de los Carnutos, el cual es entrenado en la religión
Druídica por Menua el Druida de la tribu y gran Druida de la orden.
En el transcurso de la historia
Llywelyn narra las experiencias y aprendizaje del joven Ainvar en la cultura
celta, la adoración y respeto a la naturaleza y los seres vivos. Junto a él uno
se introduce en la magia, la pasión y la belleza de un pueblo amante de la vida
que ve a la muerte como solo un paso espiritual.
Él aprende y también el lector
sobre las costumbres, la religión y la forma de vida de este pueblo, se
descubren conceptos como la "Fuente" y la "Norma", que es
(de un modo simple) el Creador y las leyes que rigen a cada ser vivo.
Menua es su anciano mentor, un
Druida lleno de sabiduría entregada por los años, quien lleva a Ainvar por los
complejos caminos del saber, la magia y el conocimiento de si mismo en armonía
con la Norma y la Fuente. El anciano es estricto, pero crea un vínculo estrecho
con el joven quien termina siendo más cercano a un padre que a un maestro.
A medida que avanzan las páginas
Ainvar crece y gana en sabiduría y conocimiento como aprendiz de Druida, siendo
respetado por los suyos y se reencuentra con su gran rival de la infancia el
Príncipe guerrero Vercingetórix, con quien son almas inseparables.
Se narra el viaje que vive junto
a Vercingetórix a las tierras de la poderosa Roma que amenaza con apoderarse de
todo el mundo, devorándolo con su cultura y comercio, en este lugar conocerán
las costumbres y forma de vida de sus enemigos los romanos, comprendiendo que
deben preservar a toda costa al pueblo Celta.
Al regresar Ainvar se convierte
en el Jefe Druida de su tribu y debe asumir las responsabilidades que implican
ser sacerdote, sabio, juez, filósofo, guía y curador.
Ainvar vive de forma intensa con
cada persona que lo rodea, se narra de gran manera y con una profundidad que es
sensible y humana las relaciones que tiene con todos: amigos, compañeros,
guerreros y por sobre todo sus mujeres.
En la historia (contada desde el
punto de vista Celta) se ve el avance a través de los años del Imperio Romano y
de como el ambicioso Gobernador Julio Cesar lleva la guerra a la Galia con el fin
de anexar estas tierras al imperio.
"Capto un aroma de algo en
el viento... no puedo dormir pensando en el poder de Roma, lo siento crecer
como algo vivo, como una enredadera que quiere estrangular al roble"
Esta amenaza motiva a
Vercingetórix (apoyado y aconsejado por Ainvar) a hacer frente al poderío
romano, para esto deben aliar y reunir a las tribus Celtas quienes comparten la
misma cultura pero que han sido enemigas y rivales desde siempre.
Roma encabezadas por Cesar,
engañan, presionan, atacan y dividen a las tribus Celtas, pero Ainvar y
Vercingetórix los enfrentan y resisten viendo como lentamente todo lo que han
vivido y a todos a quienes conocen se desvanecen en la guerra.
Al finalizar las páginas es
imposible no terminar con un suspiro y quizás los más sensibles con una lágrima
asomada. La fiereza de un pueblo guerrero y la simpleza de su vida inocente y
en comunión con la naturaleza se transmiten en esta historia.
Un gran viaje a tiempos pasados
donde el Druidismo enseña grandes lecciones sobre como vivir y comprender la
vida y a todos los seres que nos rodean, el amor, la naturaleza, los
sacrificios, la magia, el sexo, la amistad y la muerte.
La gran lección de este hermoso
libro, es la vida.
"Llevaba muerto mucho
tiempo.
Con un tremendo sobresalto se dio
cuenta de que ya no lo estaba.
Además de la sensación
crecientemente vivida de su yo, seguía siendo consciente de la tierna red de la
que se estaba separando.
Desde su tejido, los seres a los
que quería le tendían las manos, llamándole, buscando una comunión más.
- No me abandonéis! - les gritó
-. Seguidme, encontradme!.
Tensándose a su alrededor, la
existencia vibraba con los latidos de un corazón gigante. Fue expelido a la
liviandad, cayó en lo desconocido.
Descendió más y más, trazando
círculos. Gradualmente empezó a recordar conceptos olvidados mucho tiempo
atrás, tales como la dirección, la distancia y el tiempo.
Se concentró en ellos y descubrió
que se estaba deslizando en espiral entre las estrellas. Las constelaciones
florecían a su alrededor, como prados floridos.
Tendió las manos, ávido de la
sensación súbitamente recordada del tacto..., y resbaló y se deslizó y acabó
descansando en una cálida cámara iluminada por un tenue resplandor rojo.
Allí yació, soñando. Protegido y
satisfecho, estaba protegido entre los mundos, flotando en mareas reguladas por
los ritmos de un universo.
En ese tiempo de desarrollo examinó
sus recuerdos para decidir con cuáles quedarse. Podía retener muy pocos y era
difícil prever cuál le sería más necesario. No obstante, una orden silenciosa
le instaba a recordar y recordar...
Flotó y soñó hasta que empezó el
golpeteo. Sobresaltado, trató de resistirse, pero fue apresado, estrujado y,
finalmente, arrojado a un lugar de superficies duras.
Una inundación ardiente penetró
en sus fosas nasales y la boca abierta.
El niño utilizó ese primer
aliento para expresar a gritos su afrenta."
Para descargar el libro AQUÍ
0 comentarios:
Publicar un comentario