El primer caso de brujería jamás
registrado, y a raíz del cual la Brujería fue considerada una actividad
herética. Éste es uno de los casos más controvertidos y menos conocidos de la
historia de la Caza de Brujas, y tiene lugar en Kilkenny, Irlanda, entre la
última mitad del siglo XIII y la primera del siglo XIV.
Alice Kyteler (1280-1325?) era
una mujer de origen bien estante Anglo-Normando, con cierto poder en Kilkenny,
pues tenía como herencia el banco de su padre y sus propiedades; pero que
contaba con la misteriosa característica de haber sobrevivido a cuatro maridos
(William Outlawe, Adam le Blunt, Richard le Valle y John Le Poer ). De su
relación con William Outlawe, emparentado con un alto cargo del gobierno de la
época en Irlanda, se sabe que él era veinte años mayor que Lady Alice, y que
murió en extrañas circunstancias.
Lady Alice era una mujer hermosa que volvía
locos a los hombres, según parece, y posiblemente por esa causa las acusaciones
de brujería de parte de todo el pueblo no se consideraban vacías, sino que se
tenían mucho en cuenta. De su segundo marido, Adam le Blunt, otro banquero como
el anterior, Lady Alice sacó numerosas propiedades y capital. Éste murió en una
gran borrachera. En 1311, se casó con su tercer marido, Richard de Valle, que
curiosamente también era una persona importante. Éste murió después de un gran
banquete (aunque se sabía que estaba gravemente enfermo). El testamento de de
Valle hacía a Lady Alice una de las personas más poderosas del condado. El
último marido que tuvo Lady Alice, John Le Poer, experimentó un gran declive de
salud después de casarse con nuestra protagonista, y finalmente murió, como si
hubiera envejecido de golpe.
La respuesta del pueblo, y
sobretodo de sus hijastros, no se haría esperar. Las sospechas de éstos fueron
comunicadas al obispo Richard de Ledrede encendieron la mecha: Lady Alice, el
hijo de su primer matrimonio (y heredero de todo su patrimonio) y otras diez
personas de su círculo más próximo fueron acusados de herejía por haber
afirmado que "Cristo era sólo un hombre que fue condenado a muerte por sus
propias faltas".
En 1324 fueron acusados de brujería, magia y contacto con
entidades demoníacas, por lo que sus propiedades pasaron a ser confiscados por
la Iglesia. Su hijo no fue condenado a castigo
físico, pero Lady Alice y sus seguidores fueron azotadas, y que, finalmente,
Lady Alice fue condenada a morir en la hoguera. Se conservan los testimonios de
sus ayudantes en la posada que regentaba, que la acusaban de haberlas enseñado
a ser brujas, y la acusaron de haber volado en barras de madera untadas con aceites.
Lady Alice, pero, no cumplió con
su condena, pues su ex cuñado, el alto cargo de Irlanda, la sacó de la prisión,
con lo que huyó a Inglaterra, llevándose a la hija de la mujer que había
testificado contra ella. La testigo, Petronilla, pero, no corrió la misma
suerte, y fue quemada en la hoguera en 1324, convirtiéndose así en la primer
persona ejecutada por brujería.
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