La
melisa era una planta muy apreciada por las hechiceras de la Edad Media. Sus
propiedades terapéuticas ofrecían serenidad y paz a un corazón roto. Para
cumplir el ritual de la melisa sigue los siguientes pasos: Prepara una tisana
de melisa un viernes con luna nueva, bebe tres tazas, una en ayunas, otra a
media mañana y otra antes de ir a dormir. Sigue el ritual durante dos semanas y
verás como se te cumple.
La
melisa constituye uno de los mejores remedios contra los problemas de los
nervios, tanto en aquellas situaciones de desasosiego personal como cuando esta
inquietud tiene su reflejo en alguna parte del organismo, produciendo
reacciones desagradables. Tradicionalmente, ha tenido muy buena fama como
planta tranquilizante, especialmente cuando formaba parte de la composición del
” agua de melisa de los Carmelitas Descalzos”. La melisa es un sedante
reconocido cuyas virtudes para tranquilizar los nervios y evitar el reflejo de
estos en el organismo han sido desde hace mucho tiempo ampliamente reconocidas.
Los ácidos caféico y oleanólico, junto con sus alcoholes y terpenos, le otorgan
esta propiedad.
La
melisa es una de las plantas más utilizadas históricamente, también se la
conoce como toronjil o hierba abejera. Es una planta perenne que crece en zonas
templadas y florece en verano. Sus hojas tienen un agradable olor a limón (de
ahí el nombre de toronjil) y propiedades culinarias y medicinales.
Su
nombre "melisa" proviene del griego, que significa "abeja",
ya que esta planta atrae a muchos insectos, entre ellos las abejas que realizan
un miel muy rica con su polen.
Su
propiedad predominante es la relajante, por lo que se utiliza comúnmente en
casos de estrés, problemas de insomnio o ansiedad. Tiene también efectos
antiespasmódicos, es decir, que viene muy bien en caso de esfuerzos físicos,
para aliviar la tensión muscular, y también para aliviar los espasmos del
aparato digestivo. A esta propiedad se le suma que la melisa tiene el poder de
estimular la secreción de bilis de la vesícula, por lo que ayuda a aliviar las
malas digestiones, vómitos, gastritis, etc..
La
melisa, tiene propiedades analgésicas y cicatrizantes, por lo que en la antigua
Roma, desde el siglo I, se utilizaba para curar heridas y aliviar dolores de
muelas o de cabeza.
Se
suele utilizar en forma de infusión, para relajar y ayudar a realizar mejor la
digestión. También se utiliza su aceite esencial en aromaterapia, para curar
heridas y relajar la musculatura. El aceite esencial de la melisa se obtiene de
sus hojas, donde reside su aceite que contiene citral y limonero (de ahí su
olor cítrico), y flavonoides y taninos. Su esencia es de muy difícil obtención,
lo que hace elevar su precio.
También
se utiliza desde el siglo XVII en forma de Agua del Carmen, agua de melisa o
toronjil, que es un licor con propiedades sedantes que elaboraban los monjes de
los Carmelitas Descalzos.
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