Las brujas eran expertas en toda clase de plantas mágicas. Con ellas y los más singulares
elementos preparaban en su caldero ungüentos mágicos, pócimas curativas,
eficaces venenos y filtros amorosos que guardaban en jarras y botellas.
Depositarias de antiguos conocimientos transmitidos de unas a otras, las brujas
de los más diversos rincones del mundo utilizaban los mismos elementos para
fines semejantes.
Hoy
sospechamos que el vuelo nocturno y otras de sus visiones eran producidas por
ciertas plantas alucinógenas que, mezcladas con grasa, penetraban por los poros
de su piel, tras frotarla enérgicamente.
Inquisidores
y eruditos de la época han descrito la composición de estas unturas y el modo
que tenían de administrárselas. Gracias a ellos, los investigadores modernos
han identificado diversos elementos alucinógenos y varios narcóticos de
extracción vegetal. Así sabemos que en algunas de sus combinaciones mezclaban
belladona, beleño, adormidera, acónito, semilla de girasol, cannabis, cicuta,
solano, amapola, digital, mandrágora, eléboro, etcétera.
En
nuestros días la ciencia nos ha hecho observar que el aceite que se extrae del
grano de estramonio si se aplica en las sienes provoca visiones que cabría
pensar que se está asistiendo a una sesión de espiritismo. Las unturas mágicas
cuya base era el acónito producían trastornos visuales, vértigos y alteraban
los sentidos del gusto y del tacto. Cuando el mago quería ocasionar
perturbaciones en los sentidos como la inteligencia utilizaba el aroma de
belladona.
Os
dejo una muestra de un libro muy bueno, el cual recoge pócimas mágicas, espero
que sea de vuestro interés y si es así, que tengáis referencias para conseguirlo y comprarlo…..
1 comentarios:
Tiene sentido esto de las hierbas, ahora me explico yo muchas cosas jajajaaj! Una entrada de los más interesante, gracias por cultivarnos, y perdón por no poder pasarme tan a menudo como yo quisiera!
Que pases una feliz semana :P
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