El Feng shui se encarga de estudiar tanto el ciclo creativo como el ciclo destructivo, para de esta forma lograr la armonía entre sus energías. Se considera cada casa como un mundo, intentando que el ser humano logre vivir en equilibrio dentro de un paisaje equilibrado.
Para el Feng shui es esencial la simbología del Yin Yang ya que esta significa la representación de opuestos, pero que al mismo tiempo son complementarios, necesitándose uno al otro para su existencia. Los cambios persistentes de interacción de Yin y yang dan lugar a la infinita variedad de esquemas de la vida.
Hoy muchos arquitectos orientan sus proyectos y decoraciones basados en el Feng shui, logrando crear ambientes armónicos y muy confortables.
El principio básico del Feng shui es vivir en armonía con tu hábitat, y la energía que te rodea debe trabajar siempre a tu favor, nunca en contra. Todos los elementos de una casa contienen energía, e interactúan los colores, la orientación, la disposición de las puertas y ventanas, espejos y baños; teniendo una acción positiva o negativa. También es importante que en una casa se cuente con todos los elementos de la naturaleza, que son agua, fuego, tierra y aire; debiendo estar estos en armonía.
Esta práctica es más complicada de lo que se conoce por lo general en occidente, siendo que estudia también los factores principales que influyen en las personas, como el campo magnético, la luz, el agua, etc.; fecha y hora de su nacimiento se necesitarán para saber que tipo de equilibrio le conviene, los cambios que son beneficiosos para el hogar o el trabajo.
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