La palabra Halloween deriva directamente de la expresión inglesa “All Hallow´s Eve” que significa Víspera de Todos los Santos. A diferencia de lo que mucha gente continúa pensando, el origen de esta festividad tiene dos raíces. La más antigua es la de los pueblos celtas que habitaban Irlanda, Gales, Escocia y el Norte de Francia. Celebraban una fiesta denominada Samhain o La Samón (“Fin del verano” en irlandés antiguo) y que tenía lugar entre finales de la temporada de las cosechas y el comienzo del invierno.
Los sacerdotes célticos, denominados druídas, tenían el convencimiento de que la noche del 31 de octubre los límites entre el mundo de los vivos y el de los muertos desaparecerían, e incluso, que los espíritus de los difuntos regresaban del otro mundo para llevarse consigo a los vivos. Por esta razón, durante el Samhain los sacerdotes preparaban enormes fogatas y hacían conjuros para ahuyentar a los malos espíritus. Además, los habitantes de los pueblos célticos dejaban dulces o comida en la puerta de las casas pues existía la superstición de que las almas marcharían contentas y les dejarían en paz si veían satisfechos sus deseos.Por su parte, los romanos ocupaban este día a la denominada Feralia, fiesta del descanso y la paz de los muertos. Para ello, realizaban sacrificios y realizaban ofrecían plegarias a sus dioses paganos. También, dedicaban una festividad específica el mismo día a Pomona, la diosa de las cosechas y los frutos.
Con la caída del Imperio Romano y la llegada del Cristianismo a los pueblos célticos, la tradición de celebrar el Samhain no desaparece a pesar de los grandes esfuerzos que la Iglesia Católica hace por eliminar cualquier fiesta o superstición pagana, pues las consideraba herejías y directamente ligadas con el satanismo. Sin embargo, el Samhain sufre una serie de transformaciones: con la implantación del calendario gregoriano, el día 1 de noviembre pasó a considerarse el Día de Todos los Santos (“Day of All Saints”); el Samhain, la víspera de Todos los Santos (“Eve of All Saints”), cambió su nombre a All-Hallows-Eve (actualmente por la contracción de esta expresión se denomina Halloween); y el Día de Todos los Difuntos o Día de Todas las Almas (Day off All Saints) pasó al 2 de noviembre.
La tradición irlandesa, verdadera exportadora de la festividad al extranjero, va a denominar a las tres celebraciones en conjunto con el nombre de “Hallowmas”.
Con la llegada de los inmigrantes irlandeses a América en el siglo XVIII, sus tradiciones y cultura empiezan a arraigar en el nuevo continente. En un principio, la festividad sufrió una gran represión en Nueva Inglaterra debido a la fuerte tradición luterana del territorio. Sin embargo, a finales del siglo XIX, la situación cambia. A Estados Unidos llega una nueva oleada de inmigrantes con origen céltico por lo que la fiesta de Halloween acaba mezclándose con creencias indias y con otras propias de la etapa colonial del país. Es en este momento cuando evoluciona, abandonando la tradición cristiana e incorporando las historias de terror, la realización de travesuras, los bailes y la confección de disfraces. Halloween se convierte en una noche rodeada por un aura de misterio, brujas, fantasmas, duendes… pero sin perder nunca el ánimo festivo y el buen humor.
La internacionalización de la fiesta tiene lugar a finales de los años 70 gracias a películas como “La Noche de Halloween” de John Carpenter.
Hoy por hoy, Halloween es una de las fechas más destacadas para los estadounidenses y canadienses. En Europa, son muchos los países donde los más jóvenes han importado la fiesta tal y como se concibe en Estados Unidos.
No cabe ninguna duda de que si la fiesta ha llegado hasta el día de hoy es, en gran medida, por el gran despliegue comercial y la publicidad creada en el cine estadounidense entre los años 60 y 80.
Por último, merece la pena hacer, aunque sea, un breve repaso por alguno de los símbolos más destacados de Halloween y que han llegado hasta nuestros días:
- La archifamosa calabaza no es un símbolo que proviniese del Samhain, sino que fueron los emigrantes irlandeses los que la descubrieron cuando llegaron al continente americano. Su origen se encuentra en la leyenda de Jack-o-lantern. Actualmente, los niños se disfrazan y van de casa en casa pidiendo caramelos con una calabaza con forma de clavera, con una vela en su interior que la ilumina y que representa la cabeza de Jack.
- Trick or Treat: es el ultimátum que las personas disfrazadas dan cuando van a las casas pidiendo dulces. Si los dueños de las casas no se acogen a Trick (truco) or Treat (trato), recibirán algún tipo de castigo. El más común es el lanzamiento de huevos a la puerta de las viviendas.
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