A lo largo del tiempo, las personas siempre se han cuestionado respecto de su pasado, presente y futuro. Para encontrar las respuestas a sus interrogantes, algunos acuden a los poderes síquicos que todos poseen.
Se han desarrollado muchas técnicas para enfocar este poder, tal como la lectura del Tarot; pero otra forma muy antigua de conocer estos misterios, es la de tirar los huesos. Este método, ayuda a centrar los poderes síquicos naturales en formas y figuras que luego son interpretadas. Ha sido practicado desde las tribus del continente africano, hasta los oráculos de Babilonia y la antigua Roma.
Se cree que el primer hueso en ser tirado fue el astrágalo o taba del carnero. A las tabas se les daba una forma más o menos rectangular. Estos huesos se tiraban en grupos de cuatro para adivinar el futuro. De este modo, los huesos fueron asociados con poderes especiales y se usaron desde entonces.
En muchas culturas los huesos son objeto de veneración, ligados a la buena fortuna y fertilidad, ya que se considera que mantienen el poder del espíritu que una vez los animó.
Según los registros existentes, este sistema adivinatorio de tirar los huesos, señala a las tribus del sur de África como las pioneras en esta práctica. La conexión histórica del oráculo africano con estas tribus se refuerza al conocer los antiguos nombres que se les daba a los cuatro huesos utilizados : Hwami, Tschilume, Thwalima y Lumwe. Estos nombres corresponden a los antiguos héroes de las tribus.
Existen dos tipos de adivinación por los huesos. El primero, utiliza cuatro huesos y es conocido como el oráculo africano y el segundo llega a tener hasta sesenta huesos, que están formados por astrágalos de diferentes animales. A ambos grupos de huesos se les denomina "Bula", que significa "hablar" o "la revelación!!".
El adivino es la figura central en el oráculo africano. Es una persona importante dentro de la tribu, aunque no en el nivel del brujo o jefe. La mayor parte de ellos son también herbolarios, ya que en muchas tribus se cree que poseer sólo la Bula es poco útil si no se tienen las medicinas mágicas o "Mbhulo". Para los diagnósticos de cada paciente, tiran los huesos para informarse respecto de la medicina necesitada.
Para elegir al adivino o brujo, depende de la tribu en que se localice. En algunos casos, algunos están destinados desde el momento de su nacimiento por alguna señal recibida en ese momento y en otros, se escogen cuando son adultos.
Los aprendices deben aprender los nombres de los huesos, su significado y el sentido de las distintas posiciones y combinaciones en las que estos caen. Cuando un anciano enseña a un aprendiz, se sacrifica a un animal (cabra o buey) para obtener el juego de huesos que utilizará el discípulo. El periodo de aprendizaje puede durar hasta tres años. Al terminar su entrenamiento, se realiza una ceremonia de iniciación para probar públicamente la destreza del nuevo adivino. Es importante destacar que cada aprendiz debe darle un nombre a cada uno de sus huesos y reconocerlos en el momento de su prueba final antes de ser adivino. Si falla, debe repetir el examen un tiempo después.
El adivino, al tirar los huesos, basa su poder en la intuición para interpretar cada caso particular que se le presente. No es necesario ser un síquico para ello.
El poder de los huesos radica en el hecho de que son contemplados como un representante directo de todos los aspectos de la vida del pueblo tribal, abarcando sus verdades culturales y sociales. El adivino debe tirar los huesos con ambas manos para obtener una comprensión total del mensaje que se entrega. El cliente se sienta junto al adivino para que con los datos proporcionados por él, quien tira los huesos se forme una idea de lo que el cliente necesita. Así puede descubrir y darle sentido a los niveles más profundos de la existencia. Con práctica, los huesos permiten conocer la influencia de su subconsciente sobre su consciente, comprendiendo mejor la mente. Es importante destacar que en la actualidad, las sociedades modernas interactúan de manera diferente a una tribu africana y por lo tanto, el adivino aplica su conocimiento de otro modo, aunque manteniendo siempre en su núcleo los verdaderos fundamentos de la vida misma, íntimamente asociada al mundo de la naturaleza.
El oráculo africano consta de cuatro huesos, en que cada uno de ellos representa una característica determinada : fortaleza, resistencia, adversidad y trivialidad respectivamente. Todos ellos poseen su propio nombre y carácter individual, influyendo en el significado que les corresponde según la posición en que caigan.
1 comentarios:
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