La
visión remota, muy relacionada con la clarividencia, es la capacidad que tienen
algunos sujetos de ver cosas y lugares distantes y describir sucesos que están
ocurriendo, en ese momento, en otra parte del mundo. Es decir, la persona se
encuentra, por ejemplo, en Londres y viaja mentalmente, mediante esta facultad,
a Sydney donde puede observar que está pasando allí en ese instante.
Desde
la antigüedad la visión remota ya era conocida. Hace 2500 años, debido a los
problemas con los persas, el rey Creso de Lidia decidió investigar la
fiabilidad de siete oráculos de su época para saber a cuál de ellos consultar
sobre la decisión a tomar.
Por
ese motivo envió hacia ellos observadores a quienes ordenó preguntar
exactamente cien días después qué estaba haciendo el monarca a una hora
acordada, anotar sus respuestas e informarle de las mismas.
Por
medio de Herodoto, se pudo conocer que sólo la pitonisa de Delfos pudo
describir con exactitud lo que estaba haciendo el rey en ese momento
(ingiriendo un guiso de tortuga) confirmando con este hecho, el primer relato
de la visión remota en la historia.
Según
aparece en la Biblia, el profeta Elíseo pudo salvar al ejército de ser
derrotado debido a su capacidad de ver las maniobras de las tropas sirias y
conocer las decisiones secretas.
En
la actualidad, muchos pueblos que viven en condiciones primitivas practican la
visión remota especialmente sus guías espirituales y chamanes quienes caen en
trance y traen noticias muy precisas de lugares distantes, cuya veracidad más
tarde ha sido confirmada por observadores objetivos como misioneros,
exploradores y antropólogos.
Para aprender a usar la visión remota es
necesario los siguientes elementos:
1. Un
colaborador con quien pueda intercambiar los papeles de sujeto y
experimentador.
2. Establecimiento
de objetivos específicos.
3. Estrategias
para fijarse metas, relajación y preparación.
4. Un
cuaderno para registrar los resultados de los intentos.
5. Métodos
para evaluar y registrar dichos resultados.
6. Práctica
y perseverancia.
Procedimiento:
1. Acordar
(tu y la persona quien te ayudará) una hora para realizar el experimento de visión remota.
2. Reunirse
en el centro de experimentación.
3. Sincronizar
los relojes y fijar la hora exacta en que se hará la experiencia
4. Antes
de la hora acordada (por lo menos 20 minutos) el ayudante debe salir e ir a un
lugar que sólo elegirá una vez que haya abandonado del lugar de reuniones,
(preferiblemente que no sea familiar y tan diferente como sea posible) para
poder realizar la experiencia.
5. Cerrar
los ojos, relajarse durante un par de minutos y abrir la imaginación a las
sensaciones que tendría si estuviese físicamente en ese lugar desconocido donde
está el ayudante. No es necesaria buscar información completa del sitio; sólo
con que emerjan fragmentos de información gradualmente a su mente es
suficiente.
6. Tomar
notas de cuanto se perciba con la mente (sonidos, olores e incluso los campos
eléctricos o magnéticos), grabar sus comentarios de la experiencia o hacer
pequeños esbozos de lo que le viene a la mente y breve pausa, respirando
profundamente.
7.
Estar siempre atento a la aparición de imágenes nuevas y sorprendentes, que no
pertenezcan a su repertorio habitual de imágenes mentales.
8.
Buscar diferenciar las imágenes que le han suscitado las sensaciones más
fuertes de aquéllas que pueden derivar de su memoria o imaginación, repasando
sus notas para separar las informaciones psíquicas del ruido mental.
9.
Cotejar con el ayudante sus impresiones escritas o dibujadas, para que él o
ella le indiquen cuán correcto ha sido su descripción.
La
visión remota es un fenómeno natural que puede ser experimentado por todos en
diferentes grados.
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