La mayoría de los pueblos africanos distinguen entre magia y brujería, reconociéndolas como incompatibles. El brujo pertenece al mundo nocturno y del mal, al contrario de los magos bienhechores. Si el día y la noche son dos conceptos indisociables en nuestro día sideral, el africano cree que la forma de pensar del brujo apenas es separable de la palabra de los magos, como ocurre con la sombra y la luz, o la vida y la muerte.
Evans-Pritchard, que distingue categóricamente magia negra y brujería, asegura que la primera es voluntaria, mientras que la segunda es una disposición orgánica involuntaria. En general, sin embargo, se admite que un brujo o una bruja pueden cometer de modo voluntario, conscientemente, un acto que atente contra la vida de un individuo o de un grupo, pero que puede también obrar en función de un órgano-brujo cuyo poder podría ejercerse sin la participación de su voluntad.
Habitualmente se cree que un brujo puede enviar un animal o un espíritu nocivo a un enemigo; que él mismo puede transformarse para llevar a cabo sus crímenes; que posee el don de la bilocación. Según cuentan en África, hay pruebas de que, a veces, al herir a un animal resulta que un hombre o una mujer del poblado sufren la misma herida, producida en el mismo momento y en circunstancias inexplicables.
Entre los Bambaras, no puede convertirse en un perro, símbolo de la fidelidad, ni en gallo, que anuncia el día, ni el camaleón, porque éste tiene también fama de brujo. Ataca a su víctima cuando ésta apenas puede defenderse: durante el sueño o durante épocas delicadas de su vida.
¿Quién es brujo?. Nunca un niño, pero sí, a menudo, una mujer que, por nacimiento, está ligada a la tierra, a la gruta e incluso a la tumba. El africano es con frecuencia misógino y dice que " la mujer sólo tiene una forma, desafía al obstáculo, es cambiante y no se deja dominar; a semejanza de la noche y de las tinieblas, la mujer es difícil, si no imposible, de sondear; en fin, al igual que la cavidad y los cielos, la mujer no se deja atrapar, es el vacío..." (D.Zahan). Entre los Bambaras es la bruja por excelencia, entre los Songhais, el antepasado de todos los brujos es una mujer.
Si la mujer no es bruja, puede transmitir un órgano-brujo del que no siempre es consciente. Así lo creen los Eves. Entre los Tongas de Mozambique y los Tallensis de Ghana, el poder de los brujos lo transmite la madre y no el padre.
Hay más brujas que brujos entre los Yoruba y los ashantis, pero el hecho de actuar la brujería contra la sociedad explica el papel inminente que en ella juegan las mujeres, ya que los "nyctosofos" presentan una importante particularidad: Son los destructores de los miembros de su propia familia. Así ocurre entre los Tongas o los Kongos. Para los Bambaras, el brujo es una criatura incompleta; es el único ser que posee un doble, al haber sido privada la primera bruja Nyale de su "dya" confiado al dueño del cielo. Se comprende que el "nyctosofo" esté en perpetua búsqueda de ese doble...
Se supone que come a su víctima, pero en la mayoría de los casos no se trata de una manducación real; el brujo se apodera del doble e aquel o de aquella sobre los que ha echado la vista y desde entonces él o ella languidecen como si fuesen devorados en su interior. No puede hacer daño grave a uno de sus semejantes; si surge un conflicto entre dos "Nyctosofos", el vencido debe procurar una persona de su parentesco para ser consumida por el vencedor.
¿Cómo se llega a ser brujo?. En ninguna de las sociedades africanas se reconoce la existencia de la herencia en esta materia. Entre los Eves se cree que una mujer bruja puede desear que su hijo realice esta actividad, pero también el azar, la mala suerte o la negligencia pueden ser fuente de transmisión de un poder de brujería. Según se cree, cabe llegar a nyctosofo al final de una larga iniciación y de una serie de duras pruebas.
Entre ciertos pigmeos, el aprendiz de brujo está unido a un cadáver, cabeza con cabeza, boca con boca y dentro de la fosa. Allí permanecerá tres días completos. Si no se vuelve loco, durante los tres días siguientes debe comer y beber sirviéndose solamente de la mano derecha del cadáver, en putrefacción, mano que en adelante será su poderoso fetiche. Cuando se constituye en asociaciones de brujería, el grupo puede exigir al candidato la donación de una persona de su familia que será su "comida" más o menos de forma simbólica por el conjunto de los miembros. Éste fue el caso de los hombres leopardo, los hombres león, los hombres pantera o caimán, todos de sociedades que, en el límite de la brujería y de la pura criminalidad, no retrocedían ante ningún crimen para asegurar su poder sobre poblaciones aterrorizadas.
Para defenderse de la brujería existen numerosos procedimientos: amuletos, pócimas, fricciones, fumigaciones, prohibiciones alimenticias, pero también el recurrir a adivinos para la identificación de los brujos, y a poderosos magos, o bien a renombrados sacerdotes para neutralizarlos. Éstos practicaban entonces rituales de exorcismo. En Porto-Novo, cada tres o cuatro años se realizaba una ceremonia para expulsar a los malos espíritus. En Abomey tiene lugar todos los años. En el norte de Libena existe un fetiche protector de maleficios.
Los nyctosofos africanos actúan según una lógica que se nos escapa y que solamente se expresa por medio de las relaciones propias de cada cultura. Para complicar las cosas, en el seno de ésta, no es accesible mas que un grupo reducido de personas que saben guardar el secreto.
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