La
influencia de la luna sobre las mareas, la presión atmosférica, e incluso en
las fluctuaciones de intensidad en el campo magnético de la Tierra, son un
hecho, aún cuando para muchos su poder aún resulta un misterio.
De
su estudio, también se ha comprobado que afecta la conducta de organismos
vivientes, producto de las alteraciones metabólicas que se han detectado en
ellos. Es ahí precisamente donde radica el poder que la tiene como milenario
objeto de estudio de sicólogos, astrónomos y astrólogos.
Pero
su energía no es uniforme. Durante el ciclo lunar y todas sus fases, la luna
genera impulsos, irradia una fuerza tal magnitud, que influye en nuestras
formas de actuar y condiciona el contexto para que ciertas cosas ocurran de
mejor o peor forma.
En
el área del esoterismo se le atribuyen diversos beneficios a la energía de sus
fases, que simbolizan la iluminación, la inmortalidad, la eternidad y la
renovación perpetua.
Identifiquemos
el poder de cada una de ellas:
Luna
Llena.
Significa
la totalidad, la plenitud, la fuerza y poder espiritual. Se le considera
símbolo de buen augurio y fertilidad, y por eso se recomienda para la
concepción de bebés, conseguir pareja y hasta casarse. Se dice que también
ayudaría en la solución de problemas legales, solicitudes de préstamos y juegos
de azar.
Luna
Nueva.
Representa
el descenso del Dios al mundo subterráneo. Dice su simbología que es un momento
ideal para iniciar proyectos o realizar algo que se ha venido postergando. Se
le asocia a un ciclo de buenas energías y el momento ideal para dejar vicios o
conductas dañinas. Sicológicamente estamos más serenos, lo que nos ayuda a
superar cualquier inconveniente o carencia. Durante su temporada se recomienda
pedir buenos deseos para nuestro cuerpo y nuestra alma.
Cuarto
Creciente.
Simboliza
la continuación del viaje de Dios al mundo subterráneo y consta de dos etapas.
La primera ocurre luego de tres días y medio de haberse iniciado la Luna Nueva
y se augura como buen momento para emprender proyectos y hacer negocios. Si hay
una luna delgada, es señal de buen momento para iniciar una relación. Es una
época de gran actividad, de nacimiento, de crecimiento (de ahí la creencia de
que sería ideal para cortarse el pelo). También se dice que ayuda a comenzar
entrenamientos físicos, deportivos y laborales; estrenar una nueva casa o un
nuevo auto. En el segundo periodo es tiempo del desarrollo, de ocuparse de
cosas que se comenzaron, antes de iniciar otras nuevas. En este tiempo todo
crece, se incrementa, evoluciona, se desarrolla.
Luna
Menguante.
Es
la fase final del ciclo y también tiene dos etapas. Se considera ideal para
vencer vicios y adicciones; para despejarse de los momentos depresivos y
melancólicos, y para la recuperación de enfermos terminales. En su primer
período nos invita a disfrutar de la vida y dar a conocer a todos los éxitos
obtenidos. Se percibe el apoyo y la aprobación incondicional de amigos y
familia. Se dice que es ideal para hacer la conocida dieta líquida de La Luna y
hacer retiros espirituales. Su segundo ciclo provocaría que los proyectos
-especialmente aventuras amorosas- peligren y es por ello que se recomienda
prudencia y reposo.
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