El
hierro ha sido un metal muy empleado desde tiempos remotos para la confección
de diferentes herramientas sencillas sustituyendo, en su momento, los objetos
elaborados con hueso y piedra.
Una
vez se propagó su uso, no se circunscribió sólo a aplicaciones puramente
físicas sino que se utilizó en el mundo de los rituales mágicos específicamente
de protección.
En
este sentido, se ha considerado al
hierro como un poderoso talismán contra espíritus negativos, duendes,
genios y otras criaturas. Incluso, en la
China se pensaba que los dragones temían al hierro. Cuando hacía falta lluvia,
se arrojaban trozos del metal en los "estanques de los dragones",
para molestar a las criaturas y enviarlas al cielo en forma de nubes de lluvia.
Los
romanos incrustaban clavos en las paredes de sus casas para conservar la salud,
en especial durante las épocas de plagas.
Igualmente creían que trazando un
círculo en el suelo con un objeto férreo se preservaba de influjos funestos a
quien se encontraba en su interior, haciéndole inaccesible a hechizos y mal de ojo.
En
la edad media se empleó, como remedio, contra la gota, la erisipela, panadizos
e hinchazones, y de él se hizo linimentos que aliviaron el picor de la sarna.
Se pensaba, también, que el uso de un
anillo de hierro era eficaz contra el reuma y que si se colocaba una espada
vieja junto a la cama, se prevenía retortijones y calambres nocturnos. Para
quitar las verrugas, se restregaba con un trozo herrumbroso de hierro en
especial el forjado en Jueves Santo.
En
cuanto a su aspecto mágico, al hierro se le atribuía la virtud de anular el
poder de las brujas escondiendo un objeto de hierro en un rincón del exterior
de la casa junto a un muro.
Igualmente, se consideraba, como una medida de
protección, colgar en la pared
cuchillos, espadas, puñales viejos, tijeras y hasta herraduras con fin de
alejar los peligros.
En
la actualidad aún se conserva la creencia que una herradura colgada en la casa
sobre la puerta principal, confiere protección. Mientras que las teorías en
cuanto a la manera "apropiada" de colgar las herraduras
difieren. Sin embargo, se cree,
mayoritariamente, que debe tener las puntas hacia arriba. Lo ideal sería
clavarlas con tres de sus clavos originales.
Para
evitar que los alimentos se corrompan o que la buena suerte huya de una casa
tras fallecer alguien en ella, se recomienda tocar con un objeto de hierro todo
lo que esté en la cocina y fuera de ella.
A
pesar que el hierro es un metal básicamente de protección, existen ciertos
tabús. Por ejemplo, no se debe
recolectar hierbas curativas con cuchillos de hierro, ya que, se cree, que las
vibraciones de este metal "obstruyen" y "confunden" las
energías de las hierbas.
Antes
de que en Egipto aparecieran los primeros centros de fundición de hierro, es
decir en la Baja Época (Dinastía XXVI), éste estaba presente a través de una
serie de objetos considerados mágicos, litúrgicos y religiosos.
Tradicionalmente en casi todas las culturas se entendía que el hierro era un
material al que temían las fuerzas del mal y por ello pudo emplearse para
determinadas herramientas de orden mágico-religioso.
El
primer hierro egipcio fue de origen meteorítico y se denominaba bia en pet, es
decir, metal del cielo. Precisamente su procedencia celeste le llevó a ser
considerado sagrado ya que había caído desde la infinitud del cielo donde
habitaban los dioses; fue emblema de fertilidad y, algunas veces considerado
eje del mundo. Con bastante probabilidad la tradicional piedra sagrada de
Heliópolis, el benben, tendría esta procedencia. Asimismo, ciertos instrumentos
de la ceremonia de la Apertura de la Boca debían estar elaborados con hierro
celeste; cabe citar como ejemplo la azuela, que facultaba y daba vida a los
distintos órganos sensoriales, además de tener la capacidad de obtener la
rehabilitación y reanimación del fallecido.
Gracias
al origen estelar del hierro, los fallecidos podían, ascender al cielo, al
lugar de donde procedían los meteoritos, es decir a las estrellas
imperecederas, meta deseable para todo difunto en el Valle del Nilo.
En
la actualidad, se sigue considerando el hierro como un metal de protección y
existen muchos rituales de magia al respecto.
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