Catherine
Deshayes (1640-1680)
Muchas
han sido las mujeres que a lo largo de la historia han sido condenadas por
brujas. Desde un inofensivo elixir de amor hasta una peligrosa y macabra magia
negra, algunas de estas mujeres se movieron en terrenos pantanosos. En la
esplendorosa Francia del Rey Sol, se vivió uno de los episodios más oscuros de
la historia de la brujería, no en vano, dicho lamentable capítulo fue definido
como el “Asunto de los venenos”. Más de 300 personas, muchas de ellas de alta
alcurnia, demasiado cercanas al rey, fueron inculpadas, por cómplices,
hacedores o impulsores de las más terribles actividades brujeriles. Una mujer,
impasible, imperturbable, fue detenida a las puertas de una iglesia. Conocida
como la Voisin, fue quemada viva por sus reiteradas actividades lucrativas
relacionadas con embrujos, elixires, ritos de magia negra, abortos, asesinatos
y envenenamientos.
De
Catherine Deshayes, nacida en Francia en 1640, poco o nada se sabe sobre sus
orígenes. La historia la encuentra casada con un joyero llamado Antoine
Monvoisin, con el que tuvo al menos una hija, Marie-Marguerite Monvoisin, quien
tendría también un papel destacado en el asunto de los venenos.
Parece
ser que Catherine inició sus actividades como curandera tras la ruina de la
joyería de su marido. Sostuvo la economía familiar con la lectura del futuro a
partir de los rasgos faciales y de las manos. Pero la fama de Catherine se fue
extendiendo a medida que sus sortilegios y embrujos parecían surtir el efecto
deseado. Sus conocimientos de medicina y de hierbas y ungüentos la hicieron
famosa hasta el punto de que un reguero de mujeres y hombres acudían
diariamente en petición de ayuda.
Sus
métodos pronto derivaron en extrañas fórmulas que hacían desaparecer en
incomprensibles circunstancias a aquellos que amargaban la vida de sus
desesperadas clientas, porque ellas, las mujeres de la alta nobleza, se
convirtieron en las más asiduas visitantes del extraño hogar de la Voisin.
Pero
Catherine no era un caso aislado en la Francia del siglo XVII. Las misteriosas
muertes por envenenamiento o intoxicación que se sucedían en París en aquellos
tiempos hicieron sospechar a la policía de que aquello no podía ser obra de una
sola persona ni fruto de la casualidad. El 8 de marzo de 1679, Luis XIV
ordenaba la creación de una corte especial conocida como al Chambre Ardente y
dirigida por el teniente Nicolas de La Reyne, que intentara dilucidar aquellos
supuestos y extraños crímenes.
Tras
unas cuantas detenciones, le tocó el turno a La Voisin. En 1679, tras asistir a
la misa del domingo, Catherine fue detenida. La Reyne sospechó de ella al
encontrar en su casa de la rue Beauregard un pabellón con las paredes tapizadas
de negro y un altar decorado con una cruz y velas negras.
La
detención de Catherine, junto con Marie Bosse y Adam Coeuret, daría un giro a
la investigación. Acusándose unos a otros, “confesaron haber hecho abortar a un
número elevadísimo de mujeres, haber envenenado por encargo a diversas
personas, haber practicado magia negra y haber organizado ritos satánicos y
misas sacrílegas en el curso de las cuales se sacrificaba recién nacidos”.
Durante
el proceso de Catherine, nombres cercados a la corte del rey provocaron aún más
problemas a los investigadores. Uno de esos nombres era el de la favorita del
rey, Madame de Montespan, quien según La Voisin, había sido cómplice de sus
actividades demoníacas en más de una ocasión.
El
final de Catherine estaba claro. Fue condenada a ser quemada viva. El 22 de
febrero de 1680, el castigo se cumplió en la plaza de la Grève a manos de un
verdugo que muchos afirmaron que había sido su propio amante.
La
muerte de la Voisin desató de repente la lengua de los demás acusados. Muchos
de ellos volvieron a nombrar a la favorita real. Luis XIV intentó sin éxito
quemar todas las pruebas inculpatorias contra su favorita. Cuando en 1682 se
disolvía la Cámara Ardiente, habían sido encarceladas o ejecutadas todas
aquellas personas que mencionaron en algún momento del proceso el nombre de
Athenaïs de Montespan.
Catherine
Deshayes fue una de los más de 300 nombres incluidos en el vergonzoso asunto de
los venenos, aunque fue quizás el nombre más conocido, no en vano “quedó su
legendario recuerdo como reina de las brujas”
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