Los relatos del siglo XVI sobre la religión de los taironas son muy pobres, pues los españoles vieron en ella un culto al diablo y condenaron sin reflexión sus expresiones. Es de suponer que existía algún sistema religioso, que muy probablemente apoyó y reforzó, entre las distintas comunidades un sentimiento de unidad étnica.
Como ya fue mencionado, los taironas tenían sacerdotes llamados naomas y en los pueblos había casas ceremoniales que los españoles llamaron buhío del diablo. Simón menciona la existencia de un verdadero centro ceremonial en el Valle de Tairona, que fue señalado por los españoles Pueblo del Mohán o la Nueva Roma: Era su mayor parte de buhíos o caneyes del Diablo, que tenían hechas cada pueblo de los de la Provincia, donde iban en romería, a pedir cada cual en su buhío remedio de sus necesidades.
Los indios hacían fiesta en días señalados para celebrar algún acontecimiento, como la cosecha del maíz, y en ellos, muy probablemente se efectuaban ceremonias religiosas y mágicas. Con ocasión de ciertas ceremonias observaban ayunos que también cumplían durante la primera menstruación y durante el período de aprendizaje para llegar a ser sacerdote. Al respecto ha quedado la siguiente noticia de Simón:
Como ya fue mencionado, los taironas tenían sacerdotes llamados naomas y en los pueblos había casas ceremoniales que los españoles llamaron buhío del diablo. Simón menciona la existencia de un verdadero centro ceremonial en el Valle de Tairona, que fue señalado por los españoles Pueblo del Mohán o la Nueva Roma: Era su mayor parte de buhíos o caneyes del Diablo, que tenían hechas cada pueblo de los de la Provincia, donde iban en romería, a pedir cada cual en su buhío remedio de sus necesidades.
Los indios hacían fiesta en días señalados para celebrar algún acontecimiento, como la cosecha del maíz, y en ellos, muy probablemente se efectuaban ceremonias religiosas y mágicas. Con ocasión de ciertas ceremonias observaban ayunos que también cumplían durante la primera menstruación y durante el período de aprendizaje para llegar a ser sacerdote. Al respecto ha quedado la siguiente noticia de Simón:
Los cuales (mohanes), primero que tomasen la posesión del oficio, habían de estar en coime, que es en ayunos,
diez y seis o veinte años, sin comer en ellos más que un bollo cada día, y tan retirados a las espesuras de los montes y en cuevas, que no habían de ver en todos ellos hombres, más que el que les llevaba la comida, y si acaso veían alguna mujer, daban por ninguno el ayuno hecho hasta allí y lo comenzaban de nuevo...
En relación con las creencias de los indios castellanos dice:
Adoran los planetas y los signos
regocijándose por los oteros;
Hay muchas adivinas y adivinos
y gran cantidad de hechiceros,
que dicen un millón de desatinos.
Acerca de los tiempos venideros:
Dan al demonio lo que no merece,
pintándolo del arte que parece.
regocijándose por los oteros;
Hay muchas adivinas y adivinos
y gran cantidad de hechiceros,
que dicen un millón de desatinos.
Acerca de los tiempos venideros:
Dan al demonio lo que no merece,
pintándolo del arte que parece.
Según relatos del siglo XVI tenían varias prácticas funerarias. Se tiene noticia que los indígenas guardaban los huesos y cenizas de sus antepasados en urnas y vasos grandes de tierra cocida, y que a algunas personas al morir las desecaban al fuego. También se sabe que hacían enterramientos en bóvedas y en hoyos profundos. Es muy posible que el tipo de enterramiento pudiera estar relacionado con la jerarquía de la persona muerta o con costumbre particulares que no conocemos. Al respecto, es interesante señalar, que en la Relación Geográfica de la ciudad de los reyes de Valle de Upar escrita en 1578, es documentado que entre los indios Ytotos y Aruacos cuando moría algún mohán, persona a la que tienen gran respeto, la secan al fuego y después de seco lo envuelven con una manta y lo entierran en un hoyo hondo con todas sus pertenencias. Algunas de estas prácticas han sido comprobadas arqueológicamente
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