Desde
la edad del cobre, en el 4.500 a.C., el oro ya resultaba un metal sagrado.
Según la civilización griega y romana, los dioses estaban hechos de oro: la
balanza y el látigo de Zeus o las sandalias de Atenea, había sido forjadas en
oro.
Otras
culturas, como la judía, el oro era un metal terrenal aunque Moisés quisiera
darle un valor divino. El oro se asociaba con la riqueza, la ostentosidad o la
avaricia.
El
oro empezó a usarse como dinero en Grecia, en la ciudad de Lydia en el 600 a.C.
y, sesenta años más tarde llegaría a China. Pero en Europa no lo tuvimos en las
manos hasta final del siglo XVI, ya que el oro en el continente era muy escaso,
no mucho más de 90 toneladas se tenían por aquel entonces.
Cuando
los peruanos de Atahuallpa ofrecieron a los conquistadores españoles un curto
lleno de oro y dos de plata, los españoles vieron la libertad y las riquezas
que tanto ansiaban. Así decidieron hacerse con todo el imperio. Al final de la
conquista, habían conseguido 700 toneladas de oro y la total destrucción del
imperio Inca.
Los alquimistas creían que el oro podía prolongar la vida hasta la eternidad y que
quien deseara lograrlo debía comer siempre con platos y cubertería de este
metal, así adquiriría la cualidad áurea de eternidad
Desde
siempre, el oro ha sido el metal más valioso y más preciado por la gente de
todo el mundo y quizá por su brillantez y pureza se pensó que era un metal que
poseía magia. En la Edad Media el oro dio origen a la alquimia, sus sabios
practicantes buscaban, por medio de la piedra filosofal, convertir en él a los
metales comunes. Los alquimistas creían que el oro podía prolongar la vida
hasta la eternidad y que quien deseara lograrlo debía comer siempre con platos
y cubertería de este metal, así adquiriría la cualidad áurea de eternidad.
Fue
entonces cuando se comenzaron a tejer supersticiones alrededor del oro, las
cuales, hemos de hacer notar, son siempre benéficas. Se dice, por ejemplo, que
al frotar un anillo de oro sobre las verrugas éstas desaparecen y se curan para
siempre.
También
se afirma que si se hacen pasar los cabellos por una argolla matrimonial de oro
se da fin a la orzuela. Asimismo, para curar los ojos que tienen “aire” o
alguna infección leve, se debe frotar el anillo nupcial nueve veces contra el
ojo enfermo. Otras enfermedades oculares sanan haciendo pasar un pañuelo de
seda por este anillo, para que adquiera las propiedades benéficas del metal, y
frotándolo posteriormente en el ojo 12 veces en la mañana y 12 veces en la
noche. Según una variante, una pieza cualquiera de oro puro puede hacer las
veces del anillo marital, incluso se considera que portar un trocito de oro
atraerá el favor de la fortuna y evitará la formación de úlceras en el cuerpo.
El
agua de oro cura el “mal de ojo” en bebés, niños, animales domésticos y ganado.
Se debe poner agua de un riachuelo en una cubeta de madera y luego colocar
dentro un anillo de oro para que repose por un tiempo; el “ojeado” deberá ser
rociado con esta agua y beber tres sorbos de ella.
Otra
superstición indica que llevar arracadas de oro en las orejas protege de las
enfermedades oculares. Antaño, los marinos creían que con llevar estos aretes
no sólo no padecerían de los ojos, sino que jamás naufragarían. Durante la
época de la reina Isabel I de Inglaterra, los marinos que llevaban arracadas de
oro eran aquellos que ya había dado una vuelta completa al mundo. Se dice,
finalmente, que los piratas usaban aros de oro para que cuando murieran hubiera
dinero suficiente con qué pagar su entierro.
El
corte del muérdago entre los Celtas lo hacia el Druida con una Hoz de Oro
(doble símbolo luni-solar) oro es la imagen del Sol y la hoz, la de la luna
creciente.
Hoy
en día, los niños en la India se protegen con diminutos amuletos de oro. Los
crucifijos y cruces de oro que usan los cristianos en la actualidad, son los
sobrevivientes de antiguas costumbres paganas de protección.
Es
importante observar que cualquier joya u objeto ornamental que lleve oro es un
buen canalizador de la suerte.
En este
sentido, se presentan varios ejemplos:
Cuando
se necesita la fortuna o suerte en temas financieros, se recomienda frotar un
pedazo de oro en la palma de la mano derecha, y en la de la mano izquierda para
buscar la suerte en los asuntos amorosos y fidelidad en la pareja.
Cuando
se desea ganar en los juegos de azar, se aconseja frotar los billetes de
lotería, los resguardos de las primitivas u otros juegos parecidos con un trozo
de oro un día antes de su sorteo.
Se
trata de frotar con el objeto de oro en forma circular en el sentido de las
agujas del reloj sobre el billete de lotería o resguardo, pensando fuertemente
que la suerte nos favorezca para mañana.
Hechizo para atraer la fortuna o un empleo:
Necesitas
una vela roja, un papel blanco, un manojo de perejil y un objeto de oro.
Enciende la vela, coloca el papel blanco frente a la vela y sobre el papel el
perejil y el objeto de oro. Ponemos las palmas sobre estos objetos con las
palmas hacia abajo y nos concentramos en el empleo que queremos conseguir,
mientras decimos las palabras rituales:
Para
la fortuna:
Con el poder del oro
que resplandece y deslumbra
pido ahora que mejore mi fortuna
que así sea
Para un empleo:
Con el poder del oro
que resplandece y deslumbra
pido ahora encontrar pronto el empleo de
(nombre del empleo)
que así sea
Nota: Te recuerdo que la verdadera magia la llevas tu
consigo, por lo que debes realizarlo con respeto, mucha fe, y deseando
profundamente tu deseo, solo así surtirá efecto el hechizo, es importante,
suerte.
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